Líber Falco y otros ensayos
ARREGUI, MARIO
Descripción
Líber Falco y otros ensayos
"Era el hombre más bueno que he conocido" —esta frase, así y con variantes, se oyó muchas veces durante el velorio de Líber Falco; la oí en voces amigas y en voces desconocidas, y recuerdo haberla pronunciado por lo menos una vez. Oí decir, por encima de su cajón: Conocerlo ha sido uno de los regalos más hermosos que nos ha hecho la vida. Oí también: Era increíblemente bueno; frente a él nunca pude evitar sentirme mezquino, impuro, dicho por un hombre ejemplar… Todo velorio participa de la pesadilla; el de Falco —del que sólo horas me separan, porque esta noche es todavía la noche del día del entierro— fue de a ratos una pesadilla de caras compañeras llenas de congoja y de a ratos una exaltación de la amistad y la fraternidad. Había muerto el más bueno, el más puro, el mejor de todos; y convocados por su muerte, ya sea rodeando el ataúd o reunidos en el café de la esquina, todos sentíamos —estoy seguro— un rejuvenecimiento de las viejas fraternidades. Sólo así se explica que en algunos momentos hayamos podido sonreír, y en instantes hasta bromear, como en las noches del tiempo ido. Una vez más y por última vez, por última vez sobre la tierra, el viejo Falco, el mejor de todos, entregaba su bondad infinita y contagiosa, para hacernos un poco más camaradas, para acercarnos en alguna medida a ese milagro que era él".