Es Londres, G

En este libro, los relatos se cruzan como lenguas en una ciudad cosmopolita: confrontan, se esquivan, se rozan, se escuchan con sospecha y, a veces, con amor. La memoria, más que un recurso, es aquí un campo de batalla. Entre lo que se recuerda y lo que se quisiera recordar. Entre lo que se olvida con intención o se recupera con culpa. En estas páginas hay pasados que vuelven disfrazados, lenguas que se mezclan sin pedir permiso, personajes que se miden entre la fascinación y el desencanto, entre la tierra propia y lo ajeno que se vuelve inevitable. Desde una Londres extrañada por ojos inmigrantes hasta una tierra donde la adolescencia se extiende como un castigo autoimpuesto, estos textos dibujan con precisión quirúrgica las fricciones de la identidad, los vínculos y el lenguaje. Hay humor negro, melancolía contenida, redención tenue. Y sobre todo, una voz que busca comprender el mundo a través de las palabras, propias y prestadas. Este libro no da respuestas, pero ofrece una mirada lúcida -a veces tierna, a veces implacable- sobre eso que somos cuando el pasado insiste y el presente se nos escapa entre lenguas cruzadas.